La Eurozona en medio del dilema: federalismo o fracaso

Jueves 21 julio 2011 | 9:20
Publicado por Daniel Torres | La Información es de Agencia AFP •  62 visitas
Después de año y medio de parches para tratar de cubrir las brechas de la crisis de la deuda, la Eurozona se halla ante opciones difíciles en las que juega su futuro: seguir adelante y dar un gran salto hacia la gestión federal de su moneda, o dar marcha atrás, lo que no haría más que certificar su fracaso.
Detrás de las divisiones, en apariencia técnicas, sobre el nuevo paquete de ayuda a Grecia, se esconden diferencias políticas sobre la orientación que se debe dar al proyecto europeo.
“Los dirigentes europeos rechazan abordar el único punto clave: ¿cómo evolucionar hacia un verdadero federalismo que se impone desde el nacimiento del euro, nuestra moneda federal, como reclaman los mercados financieros y que desde un punto de vista lógico es pertinente?” estima el presidente de la Fundación Schuman, Jean-Dominique Giuliani.
En los años 1990, con el Tratado de Maastricht, los europeos hicieron una apuesta arriesgada: crear una moneda única, que vería el día en 1999, pero sin política presupuestaria común, ya que cada Estado mantiene celosamente su soberanía en este campo.
Al cabo de una década, el ejercicio alcanzó sus límites con la crisis financiera y económica mundial que hundió al Viejo continente en la peor recesión de la posguerra. El Pacto de Estabilidad, previsto para hacer de férula para limitar los déficits, saltó en pedazos.
Grecia a principios del 2010, Irlanda a finales del 2010, Portugal en junio del 2011; las crisis se repiten y con ellas los parches puestos tras extenuantes negociaciones.
En cada caso, da la impresión de que la Unión Monetaria va a remolque de los acontecimientos.
“Las gestiones hoy parece que están un poco atrasadas”, dijo el miércoles el primer ministro polaco Donald Tusk, que preside la Unión Europea, instando a que los mandatarios ofrezcan “ideas de soluciones para toda la zona euro” de la que su país todavía no forma parte, “y no sólo para Grecia”.
Bajo presión, la Unión ha conseguido muchos avances en la década pasada, haciendo saltar el tabú de la entreayuda financiera entre Estados, imponiendo que los proyectos de presupuestos nacionales reciban el visto bueno de Bruselas antes de su adopción por los Parlamentos nacionales o endureciendo la disciplina presupuestaria común.
Pero el remedio es insuficiente. Los pro europeos ven el salto hacia una federalización profunda mediante la creación sobre todo de eurobonos. Otros países de la zona euro preferirían mutualizar una parte de sus créditos en los mercados, con una tasa de interés medio en la que los países poderosos protegerían a los más frágiles.
Hay que “osar finalmente abrir el debate de una mejor integración” económica de la zona euro, declaró a la AFP el ministro belga de Finanzas, Didier Reynders.
“Los alemanes deberán comprender”, dijo al referirse a la canciller alemana, Angela Merkel, que se opone frontalmente a una “unión de transferencias” financieras entre países, abogando por que cada uno sea responsable de sus deudas.
El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, fue más lejos al proponer que haya un ministerio de Finanzas europeo que supervise las grandes orientaciones presupuestarias y económicas de la Unión.
En el campo euroescéptico, los más virulentos, tanto a izquierda como a derecha, abogan por un retorno a las monedas nacionales.
Pero incluso entre los más dubitativos sobre la moneda única, como el economista estadounidense Nouriel Roubini que ha vaticinado la desaparición del euro en varias ocasiones, la opción de la gestión federal del euro parece inevitable.
“O bien la Eurozona se dirige hacia una mayor integración económica, fiscal y política (…) o vivirá impagos en desorden, crisis bancarias y a fin de cuentas un estallido”, previno esta semana en un artículo de opinión.

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