El objetivo político-militar de USA en Libia (El trasfondo de una geopolítica avasalladora)
Abel Samir
Argenpress.info
La intervención de la coalición de países encabezada por USA en los asuntos de Libia ha despertado muchas especulaciones desde diferentes ángulos políticos: desde la izquierda tradicional hasta la derecha facistoide; desde análisis economicistas hasta análisis con un fuerte contenido ideológico; desde posiciones francamente de tinte reformista hasta posiciones revolucionarias; y otras más incluyendo las religiosas.
Para entrar en un análisis del acontecer de hoy en Libia pienso que es necesario referirse primero al rol cumplido por todos los gobiernos árabes del norte de África y del Oriente Medio con respecto a la geopolítica de USA en esa zona y a nivel mundial.
Como todos sabemos y nadie lo pone en duda, USA se erigió ya desde el término de la Primera Guerra Mundial como el Estado dominante a nivel planetario. Hoy no hay duda que USA es la potencia dominante seguida de la Federación Rusa y la República Popular China. Y el dominio se manifiesta fundamentalmente en el terreno militar, apoyado claro está, en la economía y en los acuerdos políticos y militares con otras potencias menores que le permiten aglutinar a su alrededor fuerzas mayores y con eso un cierto equilibrio con las otras potencias que impida una guerra entre USA y esas potencias. Es el caso de la OTAN, que aunque con ciertas diferencias internas, es un pilar importante en el sistema de dominación norteamericano. Por esa razón, USA no se interesa en que la UE tenga su propio sistema militar independiente de la OTAN, ya que a su interior, hasta aquí, ha tenido el rol dominante. Un sistema militar de la UE dejaría a la OTAN como una coalición obsoleta. La OTAN nació en la época de la existencia de la URSS, como una alternativa al Pacto de Varsovia, pero después de la caída del campo “socialista” en Europa y Rusia, siguió existiendo y se fortificó aun más con la integración de países que habían sido parte del Pacto de Varsovia y que se allegaron a la OTAN para mantener su independencia, que desde tiempos inmemoriales fue invalidada por los rusos, y no sólo en el tiempo de Stalin, sino también mucho antes, durante los zares del Imperio Ruso.
En esta situación mundial de la época actual, el dominio geopolítico de USA se ha ido afirmando a través de la aceptación por parte de los gobiernos árabes, fuesen monarquías o gobiernos “republicanos”, aliados o simplemente “amigos”, lo que le ha permitido tener una fuerte influencia a la hora de las toma de decisiones políticas a todo nivel, sobre todo, en la ONU. Muchos de estos gobiernos fueron comprados con fuertes “ayudas” económicas, como es el caso de Egipto. Eso le permitió a USA que el Egipto de Mubarak se mantuviese “neutral” frente al acoso político y militar de Israel a los palestinos, en especial a los de Gaza. También y no menos importante, USA pudo ejercer cierto derecho al control del tránsito de los barcos por el canal de Suez. Como todos sabemos, durante Mubarak, los barcos iraníes no podían transitar por el canal, cuestión que fue derogada por los actuales gobernantes y que permitió por primera vez, romper esa regla establecida por varias décadas, a dos buques de guerra iraníes navegar hasta Siria, sin tener que navegar rodeando el sur del continente africano.
El dominio militar de USA en esa zona se hace por medio de bases militares y navales que le permite a USA intimidar a cualquier país que se oponga a su geopolítica. De hecho, el único gobierno árabe no dominado y fuera de la influencia de USA ha sido, desde la última guerra árabe-israelí, el gobierno sirio, que aparte de sus propias doctrinas e intereses geopolíticos está fuertemente influenciado por Irán, hoy en la mira de de las armas norteamericanas y de Israel. De hecho, el avance tecnológico y el desarrollo industrial de países no controlados o no “amigos” de USA son potencialmente enemigos. Y ese es el caso de Irán. Un país que posee un gran desarrollo industrial gracias a sus propios científicos que provienen de las numerosas y calificadas universidades iraníes (238 universidades, institutos de enseñanza superior y politécnicos), además que su economía posee una fuerte influencia del Estado, sistema que se opone al actual impulsado por los capitalistas a nivel mundial.
Entramos entonces a tratar el problema de las sublevaciones de los pueblos árabes y su influencia en el terreno geopolítico. Hasta que no reventó el volcán que se escondía bajo la superficie de las sociedades árabes, a USA le importó muy poco el problema de las libertades personales, la falta de democracia y el fuerte atentado a los derechos humanos que existen en estos países árabes, sus aliados: por lo contrario, en ellos existieron cárceles secretas que sirvieron para que la CIA trasladase prisioneros acusados de terrorismo o de pertenecer a organizaciones afines a Al-Kaeda. Incluso la CIA estaba participando en Libia bajo el auspicio de Gadafi que combatía a los islamistas. Allí se les torturaba (o probablemente todavía se hace) sin que nadie pudiese saber del paradero o de las vidas de las personas tomadas prisioneras en los países en guerra o simplemente personas raptadas en Europa, cuando viajaban por razones personales, con la complicidad de los servicios secretos de esos países. Ni menos del conocimiento de las ONG como Amnistía Internacional que pudiesen intervenir. Todas las declaraciones que los gobiernos de USA hacen sobre la defensa de los derechos humanos se estrellan contra esta lamentable realidad y demuestra el cinismo y la hipocresía de todos sus gobiernos, sin excepción, pero sobre todo, desde el gobierno del padre de Bush, pasando por Clinton hasta ahora. Claro está que, en la ruptura con las normas más elementales de los derechos humanos, se distinguió George W. Bush que debería enfrentar a un tribunal internacional por sus crímenes de lesa humanidad y que hasta ahora permanecen impunes, aunque existen tribunales internacionales que han metido presos a otros individuos por crímenes cometidos en otras guerras del siglo XXI en Europa. Los que creían que Obama, el actual mandatario norteamericano, iba a ser diferente, se equivocaron de plano. No sólo no ha terminado las guerras, sino que ha empezado otra y además todo lo que prometió sobre el abuso con los prisioneros en Guantánamo lo dejó de lado, aun más, ha reiniciado los procesos políticos de tribunales militares contra los prisioneros de guerra que están encerrados allí. El escritor de origen pakistaní Tariq Alí comparó a Obama con el presidente Woodrow Wilson, que “no dejaba de hablar de la paz, la democracia y la autodeterminación mientras sus ejércitos invadían México, ocupaban Haití y atacaban Rusia”. Este escritor opina que la política exterior de Obama apenas ha cambiado frente a la de Bush. Tiene sí, Obama, una retórica diferente, pero en la acción no hay mucha diferencia. En Egipto, Obama discurseó en el año 2009 en la Universidad de El Cairo y allí se expresó a favor de la democracia, cuando en ese momento estaba en el poder el sátrapa Mubarak, que de todo tenía, menos de demócrata. Un régimen corrompido hasta la médula de los huesos que se mantuvo en el poder por 30 años, gracias al apoyo político y económico de USA (calculado este último en unos 5.000 millones de dólares anuales).
Para USA, lo más importante en su política con los gobiernos árabes fue que se aliasen con el imperio norteamericano y no era vital que esos gobiernos fuesen o no democráticos, tampoco que en ellos se cometiesen toda clase de abusos contra la población civil. Claro está, que el servicio de inteligencia norteamericano estaba preocupado de lo que en el futuro pudiese ocurrir, aunque no esperaban que el volcán estallase tan temprano y por algo que podía aparecer como de poca importancia, como la inmolación de un joven en Túnez. Por esa razón y para quedar bien con las ONG, Obama ha estado manifestando su deseo de que se respete los derechos humanos y se establezca la democracia al estilo de los países occidentales, es decir, que unos pocos millonarios (no tanto, pero apoyados económicamente por empresas privadas y millonarios) se presentan de candidatos presidenciales y el pueblo elige entre ellos, a quienes han de gobernarlos y defender fundamentalmente los intereses de los ricos de su país.
Todo este esquema estaba muy bien hasta que no estalló la primera revuelta de la juventud árabe en Túnez. Un país que no se había destacado por ser el más revolucionario ni combativo. Los norteamericanos no creían que ese país fuese afectado por las protestas de miles de jóvenes hartos de sufrir un sistema podrido en todas sus esferas y que no les daba la satisfacción necesaria en un mundo de grandes progresos tecnológicos y modernidad, en donde las libertades personales son hoy por hoy cada vez más importantes para los jóvenes.
El problema que se le planteó a la inteligencia norteamericana y por supuesto a las organizaciones de inteligencia de todos esos sátrapas árabes fue que no se sabía con seguridad de quién o quiénes estaban detrás de las protestas. Muchos izquierdistas en todo el mundo le echaban la culpa a USA y a sus aliados europeos. Otros, dentro de los mismos afectados como Gadafi, le echaban la culpa Al-Kaeda y a los movimientos islamistas. Pero, como el movimiento de protestas se ha generalizado a todos los países árabes sin excepción, el problema se multiplica y adquiere las formas de una revuelta general, y para los norteamericanos se le presentó el problema de cómo detener estos movimientos sin que los pueblos árabes se vuelquen en contra no sólo de sus amos de turno, sino también, del amo de sus amos. Hasta aquí USA se ha desprestigiado por su accionar en Irak y Afganistán, además de su apoyo incuestionable a la ocupación israelita de las tierras de los palestinos. En todo caso, aunque la organización de Al-Kaeda u otros afines se encuentren participando detrás de las protestas y de los jóvenes rebeldes, no hay duda que la participación es más amplia y abarca incluso a los intelectuales, como profesores, técnicos, médicos y otros.
Los políticos norteamericanos, sobre todo la de los que se ubican dentro o simpatizan con el partido republicano, identifican al islam con el terrorismo. Para ellos todo musulmán es un terrorista en potencia. Por esa razón apoyaron a Mubarak que reprimió fuertemente a la Hermandad Musulmana. Una parte importante de ellos fueron encarcelados y en las elecciones se hizo todo lo posible para impedir que el pueblo los apoyase, y cuando esa política no daba resultado las elecciones se convirtieron en unos shows fraudulentos. ¿Cuán grande es la influencia de Al-Kaeda en la Hermandad? Hasta aquí eso está fuera del conocimiento público, pero lo más probable es que exista una cierta influencia. La organización Al-Kaeda sostuvo que la única forma de liquidar al enemigo cercano, es decir a los regímenes corrompidos de los países árabes, era por medio de la yijad, la guerra santa. El temor de los norteamericanos de la ultraderecha es que esta guerra santa no termine en los países puramente musulmanes, sino que se extienda después a Europa y al continente americano. De esta forma la sola referencia al islamismo provoca temor en los ciudadanos corrientes de USA. USA y los regímenes europeos prefirieron estos regímenes corruptos y dictatoriales como una forma de mantener el status quo y la estabilidad económica y política, que les permitía seguir invirtiendo en esos países sin grandes riesgos de que allí ocurriesen revoluciones socialistas. Cambios democráticos al estilo de Europa es lo que aspiraban, pero a falta de esos cambios, los regímenes autocráticos les pasaba como anillo al dedo. Lo mismo que ocurría en algunos países del Caribe a comienzos del el siglo XX, de los cuales Cuba es el mejor ejemplo.
Las protestas en todos los países árabes se organizan los días viernes, los días de oración del mundo musulmán. Al término de las oraciones, salen a la calle para protestar y enfrentar a las fuerzas represivas del Estado. Esos días han sido denominados “Los días de la Ira”. A pesar de que la gran mayoría de las protestas se hicieron o se hacen todavía en forma pacífica, la represión ha sido brutal en todos los países sin excepción alguna. Se les dispara a matar. Estos regímenes, llámense monarquías o repúblicas, constituyen de hecho dictaduras personalizadas, y en el caso de los presidentes, bajo la impostura de gobiernos personales, autocráticos y sin un verdadero respaldo popular. Además, son regímenes corruptos que han almacenado miles de millones de dólares en sus cuentas bancarias de Europa y en bancos del Caribe. Y no existe ninguna excepción a esta regla, ni siquiera Gadafi en Libia es una excepción.
En los cables filtrados por Wikileaks sobre la diplomacia estadounidense, se deja ver la sangría constante de dinero en la Compañía Nacional de Petróleo a manos del clan Gadafi. La sangría monetaria se extiende también a otros sectores como la construcción, la hostelería y las telecomunicaciones. Se puede leer en un artículo publicado en la prestigiosa página de internet de la Junta Islámica de España, Webislam, lo siguiente: No se sabe cuántos miles de millones de dólares han reunido, pero el mundo financiero y la gran prensa internacional estiman que la familia Kadafi es una de las más ricas del planeta. Un clan de parientes, en cuyo centro se encuentran los ocho hijos del líder libio. Forman el primer círculo de poder, el más íntimo, que según el que fue jefe de la misión diplomática norteamericana en Trípoli hasta noviembre último, Gene Cretz, es “una dinastía familiar decadente, ávida de dinero”. Uno de los hijos de Gadafi (Mutasin) ha gastado fortunas en sus fiestas privadas contratando a celebridades como Beyoncé y Mariah Carey. Ambas percibieron nada menos que 1 millón de dólares cada una por actuar en la fiesta privada en la isla de San Bartolomé, en el Caribe. Mutasin, es hijo de Gadafi y consejero de seguridad del régimen. Según el periódico inglés “The Guardian”, el Estado Libio (del cual es Gadafi el único que lo dirige y controla) a través de su organización Autoridad Libia de Inversiones ha invertido algo así como 70.000 millones de euros en el extranjero, inversiones en varias empresas italianas de carácter estratégico. Según este periódico la familia Kadafi tiene escondidos miles de millones de dólares en cuentas secretas en los bancos de Dubai, del sudeste asiático y del Golfo Pérsico. Se podría alegar que se trata de inversiones estatales, pero, ¿cómo explicarse entonces la enorme mansión en Marbella, España o la otra mansión recientemente comprada a uno de sus hijos en Londres, que costó nada menos que 20 millones de dólares? ¿Y los tres jet particulares? ¡Además de dos hoteles de lujo y de dos plantas embotelladoras de agua en Italia (Antrodoco y Fiuggi) en poder de la familia de Gadafi! Según muchos informes de prensa, que parecen ser ciertos, Gadafi tiene en su poder algo así como 4.600 millones de dólares en oro, lo que le permite mantener su guerra contra los rebeldes pagando grandes sumas de dinero a los mercenarios que ha contratado en diferentes países africanos. Esto último se puede comprobar por la cantidad de prisioneros de origen en países africanos que han caído en mano de los rebeldes en los diferentes combates en las localidades de Brega, Bengasi y otros lugares. Si realmente Gadafi contaba con el apoyo mayoritario de su pueblo, ¿qué razón habría para contratar mercenarios? Sobre todo que los rebeldes no cuentan con suficiente armamento ni municiones, además que carecen de organización y disciplina que disminuye con eso su eficacia en el combate. Así como están las cosas en Libia y aunque la OTAN participe con su aviación para impedir el vuelo de los aviones de Gadafi, los rebeldes tienen muy pocas posibilidades de triunfar. El accionar de los rebeldes, militarmente hablando, no habría existido si Gadafi no hubiese reprimido indiscriminadamente las manifestaciones con su ejército y usando armas de guerra. En otros tiempos Gadafi contaba con el apoyo mayoritario de su pueblo y tomó muchas medidas políticas y sociales favorables a ellos, pero todo eso cambió y se aferró al poder transformándose en un sátrapa cualquiera. Y no deja de serlo aunque el comandante Chávez lo llame su “amigo”. No por eso Gadafi deja de ser lo que es actualmente. Tanto es así que si no hubiese reprimido a los manifestantes en forma criminal, no se encontraría en la situación en que está ahora. Era más que aceptado por los gobiernos de Europa y de América en general. Como son aceptados los grandes inversionistas de cualquier país. Muchos se preguntan hoy la razón por la que se encuentra atacado por los aviones y barcos de países de la OTAN.
Esta pregunta que nos hacemos todos debe ser cuidadosamente respondida. Desde que Gadafi tuvo un vuelco en 180 grados hacia los países en donde reina el capitalismo, incluyendo desde luego a USA que aparecía como su enemigo, Gadafi era uno más entre los gobernantes de origen árabe que combatían a los comunistas y a los islamistas en sus territorios. Y aún más, Libia es el uno de los pocos países árabes en donde no existen partidos políticos; estos partidos no pudieron existir ya que aquellos individuos que intentaron hacerlo terminaron en la cárcel o fueron ejecutados, claro está que existe el partido oficial. Estas medidas de Gadafi fueron aceptadas sin renuencia por los gobernantes de la OTAN y también fuera de ella. Total, Gadafi era un freno a los comunistas y a todo lo que se parezca a Al-Kaeda. Y las medidas de carácter social que fueron tan importantes en su primera época ya no existían y así se estaba más a tono con el sistema capitalista neoliberal. Pero empezaron las sublevaciones en todos los países árabes. Los pueblos árabes, sobre todo su juventud se levanta para pedir la salida de todos esos sátrapas en los cuales se apoya el Imperio para aumentar su dominio mundial. Y ¿qué pasaría si estos rebeldes se toman el poder? ¿Seguirían apoyando a USA y a la OTAN? ¿Se transformarían en seguidores de Al-Kaeda? ¿O simplemente surgirían los islamistas que también están en contra de USA y de Israel?
Las alternativas o cursos de acción que les quedaba a los norteamericanos en toda la región eran los siguientes: Primero, que hubiese cambios muy controlados para que nada cambiase. Por eso los dictadores de Túnez y Egipto a instancias de USA se fueron y las FFAA los reemplazaron sin que nada importante cambiase de fondo. A Mubarak un grupo de generales norteamericanos le convencieron que dejase el poder y se fuese a disfrutar de sus miles de millones de dólares que tiene en distintos bancos del mundo. Se pensaba que con Gadafi iba a ocurrir lo mismo, pero Gadafi no quiso irse y además ya había habido demasiadas muertes por las represiones de sus fuerzas militares: había quemado las carabelas. El segundo curso de acción era despreciarlo y obligarlo a dimitir por las armas o a que dentro de sus fieles surgiesen los que lo derribasen y por esa razón aparecieron varios que lo acusaron de estos crímenes, crímenes que también han hecho otros, como el monarca de Arabia Saudita y el “presidente” de Yemen sin que se les acuse todavía de nada. Para USA el verdadero peligro no es Gadafi, sino lo que puede venir más adelante, porque los pueblos árabes han despertado y las revoluciones empiezan a mostrarse violentas y decididas. Las revoluciones no se pueden controlar así nomás y con seguridad que si triunfan los grandes perdedores serán USA y también Israel. En todo caso lo que venga a futuro es una gran incógnita y esa incógnita asusta a USA y sus aliados. En este curso de acción había que actuar militarmente, pero las posibilidades de que se obtenga un triunfo son pequeñas y aunque los rebeldes hoy sean aplastados, mañana serán más fuertes y más organizados. Ellos aprenderán de la historia.
Autor imagen: Carlos Latuff
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