Se levanta el bloqueo en Desaguadero
Comercio. El paro duró 23 días y perjudicó a los exportadores
La Razón - Williams Farfán V. - La PazTras 23 días de bloqueo en la frontera Bolivia-Perú, pobladores de Puno determinaron un cuarto intermedio por siete días y levantaron los bloqueos. El “puente chico” fue reabierto anoche, a las 23.00, y se esperaba lo mismo en el puente Internacional.
La decisión se tomó después de realizarse un mitin en la Plaza de Armas de Puno, donde el presidente del Frente de Defensa de los Recursos Naturales de la Zona Sur, Wálter Aduviri, afirmó mediante un megáfono que darán una tregua hasta el 7 de junio para facilitar las elecciones, informó a La Razón Eugenio Pari, director de la radio Boliviana Digital del Desaguadero.
El domingo 5 de junio se llevará a cabo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Perú, en la que se presentan el candidato izquierdista Ollanta Humala y la derechista Keiko Fujimori.
A las 23.00, los pobladores del lado peruano de Desaguadero levantaron los escombros, alambres de púas, fierros, troncos y otros que bloqueaban el denominado “puente chico” que une a ambos países, hecho que fue aprovechado de manera inmediata por los turistas peruanos que estaban prácticamente incomunicados en el lado boliviano del pueblo.
Mientras, en el puente Internacional, donde existían más de 500 camiones parados en ambos lados de Bolivia y Perú, el trabajo de limpieza de la vía empezó pasada la medianoche y, según los dirigentes de la zona, la vía estaría totalmente habilitada y transitable a primeras horas de la mañana.
Aduviri también anunció que "a partir de hoy día, bajo los principios del pueblo aymara, será terminantemente prohibido el ingreso al territorio aymara de cualquier persona extraña que no tiene nada que ver con nuestros territorios". Este veto también será extensivo a "todas las camionetas de las transnacionales" petroleras y mineras, dijo, según reportes de prensa del vecino país.
Puno, fronteriza con Bolivia, sostuvo tres semanas un bloqueo de caminos en rechazo, en principio, a la empresa minera canadiense Bear Creek, con el argumento de que contaminará toda la zona, aunque los reclamos luego se extendieron a toda actividad minera y petrolera.
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