Empleo: Cuando la estadística se divorcia de la realidad

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El Barómetro de Política y Equidad, de Fundación Equitas, dio a conocer  ayer un informe en el que señala que existe una brecha estadística en la nueva medición del empleo, a raíz del cambio de metodología,  que debilita el discurso de 400.000 empleos creados por el gobierno.
 
Su informe coincide con las cifras entregadas por el INE, y que son destacadas profusamente en los titulares de la prensa esta mañana, señalando que “el desempleo cae a su menor nivel en los últimos 25 meses”.  Sin embargo, hay diferencias estadísticas visibles,  que bordean las 100.000  personas supuestamente ocupadas, de las que no se ocupan los medios de comunicación  de nuestro país.
 
Además de este “déficit” en las encuestas, es importante consignar que con una economía que crece al 5,2%,  la creación de empleos se va a situar  en un rango de 250.000 a 300.000 empleos, considerando aquí el efecto de recuperación de empleos destruidos por el terremoto. 
 
La nueva encuesta
 
Los indicadores del mercado laboral inauguraron el año con la Nueva Encuesta Nacional de Empleo,  la NENE, que reemplazó a la tradicional ENE, del Instituto Nacional de Estadísticas. La innovación obedece a un esfuerzo por ajustarse a los estándares OCDE en materia de indicadores estadísticos para medir la dinámica del mercado laboral.
 
Sin embargo, la nueva medición generó un quiebre abrupto de los niveles de ocupación y de desocupación, a tal punto que la comparación histórica no es posible. No se puede lograr una explicación razonable de los niveles de ocupación y de la fuerza de trabajo que consigna la nueva encuesta en relación a los que se utilizaban hasta enero de 2010.
 
A fines de 2009, la ENE indicaba que la economía entraba de lleno en la fase de recuperación de la crisis, y en el último trimestre marcaba una evolución bastante acelerada de creación de ocupación acelerada. En el trimestre móvil octubre-diciembre de 2009 se estimaba 4.530.264 ocupados asalariados, que se incrementaba al mes siguiente en 60.553 ocupados adicionales, para cerrar la serie de la ENE en 4.633.605 en el trimestre diciembre-febrero 2011.
 
La NENE inicia su serie en el trimestre móvil coincidente con el trimestre calendario enero-marzo con 4.866.060 ocupados asalariados, es decir, con 233.000 ocupados que se habrían generado en el mes siguiente del terremoto, es decir, marzo de 2010, lo cual resulta difícil de aceptar.
 
Existe una diferencia estadística irreconciliable.  La medición de la creación de empleo en 2010, tomando como punto inicial el primer trimestre móvil de 2010 y el cierre al trimestre móvil de octubre-diciembre de 2010 es de 136.730 ocupados asalariados.
 
Las cifras de trabajadores por cuenta propia también presentan un nivel de discrepancia inicial no despreciable. La ENE cerró su serie con 1.567.284 ocupados en el trimestre móvil diciembre-febrero de 2010, que venía en descenso desde un nivel de 1.615.295, bajando en 48.011 personas en un periodo de tres meses. La NENE inicia su serie en el trimestre enero-marzo 2010 en 1.319.270, es decir, con 248.000 ocupados menos en el grupo de los cuenta propia. Luego la progresión de creación de empleos de la NENE para los trabajadores por cuenta propia cierra en octubre-diciembre con 1.504.840 aún por debajo del nivel que computaba la antigua ENE al inicio de 2010, pero computando un aumento de 185.000 trabajadores por cuenta propia.
 
En este contexto, es muy difícil aceptar la creación de empleo que se habría generado en el año 2010. En todo caso, con una economía que crece 5,2% es difícil de aceptar una creación de empleo que vaya más allá de los 250.000 empleos.
 
En efecto,  si el nivel inicial de los trabajadores por cuenta propia presenta una fuerte destrucción de empleo en el trimestre inicial de la serie de NENE, con respecto a la anterior, se puede estimar que existe un problema vinculado al terremoto, generando una merma significativa en el punto inicial. La brecha estadística en los asalariados es casi coincidente con la de los trabajadores por cuenta propia, y al fin del periodo se computa una creación de 322.000 empleos.
 
Otro elemento que  presenta una brecha estadística muy significativa es la de los empleadores: la antigua encuesta cierra su serie con 160.000, mientras la nueva medición inicia la serie con 322.000 empleadores, es decir, con una brecha estadística de 100%.
 
Será muy difícil establecer la real creación de empleo durante 2010, ya que las brechas estadísticas son muy elevadas, y además hay que tener presente el efecto del terremoto en el trimestre inicial, con lo cual una parte de los empleos creados que se computan son, en realidad, recuperación de ocupación, especialmente de los trabajadores por cuenta propia, ya que cuando sale el efecto de marzo en los trimestres móviles se incrementan los cuenta propia en 79.000 ocupados, atribuibles en su mayoría al terremoto. Así, la creación neta de empleos sería de 243.000 en el año 2010.
 
En 2011, la reconstrucción será un elemento dinamizador del mercado laboral, especialmente en las ramas de actividad de la construcción y de la cadena de proveedores de materiales para obras de infraestructura. Así, durante el primer semestre el crecimiento será muy acelerado, debido a la baja base de comparación de marzo a mayo de 2010, pero la reducción de la desocupación no irá a la par, debido a una reconstrucción que se ha anunciado más dilatada en el tiempo, y que se ejecutaría entre 2011 y 2013.
 
* Hernán Frigolett es parte del grupo Nueva Economía
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