LA INDEPENDENCIA TRAICIONADA: ¡¡ LA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA CONTINÚA !!





LA INDEPENDENCIA TRAICIONADA:
¡¡ LA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA CONTINÚA !!

VI Parte
Punchauca: se consolida la república masónica de la minoría criolla

Parece evidente, que Luna Pizarro, mantuvo complicidad y correspondencia con San Martín desde antes de 1821 (32), pero si la hubo, ¿qué fue de esta correspondencia insurrecccional?, podemos suponer que por criterios de seguridad ellos las quemaban después de leerlas. Lo cierto es que coordinaban y más aun cuando el General argentino desembarca en Pisco y luego en Huaura, lo que se hace público en Julio cuando el ejercito argentino-chileno, ocupa Lima, pues Luna Pizarro es una de las autoridades que comienza a institucionalizar la independencia en sendas ceremonias en donde hace juramentar a profesores y alumnos de San Fernando su adhesión y lealtad a la independencia; ¿Qué otra acción más “romántica” que esta, puede encontrarse en los anales de la independencia?.
A pesar del hermetismo y de la practica insurreccional de “no dejar rastro” de la conspiración independentista, han quedado algunas pruebas que delatan a Luna como un verdadero “coordinador de guerra”, pero aun así la carta del 25 de noviembre de 1823 (33), que vamos a comentar deja entrever que habla a nombre propio de “una agrupación” clandestina de la cual también era parte Hipólito Hunanue a quien va dirigida la carta. Igualmente dicha carta deja ver claramente que los llamados patriotas se sitúan entre dos frentes: Uno el frente contra los indígenas (bárbaros del sur, refiriéndose a los mapuches) y otro el de los “godos” o realistas, dice así: “...las circunstancias en que se halla el pais (Chile) le obliga a tomar medidas para su defensa por parte del sur, amenazada por los barbaros, y de Chiloe donde hay...”, y luego mas abajo dice: “Volviendo a las cosas de Chile, el director se prepara a ir a parlamento con los indios de Arauco, se van alzando los pocos cuerpos militares, y a Valdivia fueron 300 hombre de refuerzo, en lo que dice podra en algun modo sostenerse a la defensiva”; aquí nos refiere como anda la lucha contra los mapuches, es muy clara su referencia a “los indios de Arauco”.
Mas abajo declara: “Dice que supone a Urdina en Tupiza con 500 hombres y auxilios, que lleva a Santa Cruz, de víveres, herraduras, ganado, mulas, etc, pero no había salido del Tucumán en sus ultimas comunicaciones y entre tanto habrá recibido noticia de nuestro (sic) ejercito...”, y continua: “En Buenos Aires están cuidadosos por la legación a Río de Janeiro, solicitando la banda oriental y Montevideo, si el Emperador no cede de grado, lo que es difícil, tienen que entrar en guerra.”.
Aquí se nota que no solo da cuenta de cómo va la guerra, sino que también da información e instrucciones políticas dentro de un radio o “teatro de operaciones” amplísimo, pues cubre Lima, Río de Janeiro, Montevideo, Buenos Aires, y Santiago de Chile, pasando por Tucumán y Santa Cruz; además y para colmo habla de “gastos” o financiamiento de guerra, ¿de quienes?, no lo dice, por lo hermético de sus comunicaciones, apenas esta carta es un revelador descuido, cuando dice: “ Del empréstito a favor de Chile solo quedan 600,000 pesos disponibles, aunque de su existencia hay dudas por el manejo del comisionado (sic) en Londres...”. Será este el comisionado de la logia Lautaro?, y más abajo: “...17,000, dice Blanco que remitió ultimamente a Urdinea, perdido como todo el (dinero) que antes se ha invertido (sic) en esa partida, o llaméese división”. Es claro que el objetivo de estos gastos era la causa independentista, pero quienes invertían en esta guerra?, ¿La iglesia?, ¿El partido liberal?, ¿Las sociedades secretas?, La respuesta más obvia es que todas estas instituciones se confabularon para concretar dicha causa, pero lo que no deja duda es que Luna Pizarro actuaba como coordinador político de estas conspiraciones, para esto le servían sus ocasionales y oportunos exilios hacia Santiago, lugar estratégico, de donde partió San Martín en su expedición libertadora.
Todo esto se ve refrendado cuando Luna sale elegido Presidente del I Congreso Constituyente del Perú, teniendo como colaboradores más cercanos a dos prominentes y conocidos masones peruanos: José Faustino Sánchez Carrión e Hipólito Hunanue.
Esta carta o “parte de guerra”, esta dirigida a Hipólito Hunanue, pero es obvio que esta dando cuenta de gastos e “inversiones” en acciones puntuales, la pregunta ¿de quienes?, ¿Que institución financiaba estas operaciones?, la iglesia no porque Hunanue no pertenecía al clero; La respuesta más inmediata es que se trata de la secta masónica, “nativa” del Perú, la cual después aquel año de 1823, estaba en plenas “negociaciones” con la “logia Lautaro” nativa de Argentina, a la cual pertenecían San Martín y su brazo derecho Monteagudo.
De esta pertenencia a la masonería se desprende la filiación con la corriente romántica, de Luna y de los más prominentes próceres e ideólogos de la independencia.
Hay que tener en cuenta que la clase política limeña, a la salida de Pezuela hacia la sierra el 6 de julio se negaba a firmar la independencia, puesto que habían dudado 5 días en apoyar a San Martín y lo aceptan luego al ejército extranjero argentino-chileno, por el chantaje y por temor a la indiada o “populacho” del ejercito “montonero” que rodeaban Lima.(34). Era obvio que Lima y los cristianos que estaban dentro,
Es interesante anotar lo que pasa en la denominada “Conferencia de Punchauca”. En dicha Conferencia se reúnen tres partes, una encabezada por San Martín, la segunda bajo el mando del Virrey La Serna y la tercera a cargo de José Faustino Sánchez Carreón. Para entender el carácter de esta reunión y a quien representaban los protagonistas debemos tener presentes los siguientes antecedentes:
1. San Martín llega a Buenos Aires en el velero Jorge Cannings en 1812, junto con Carlos Maria de Alvear y José Matías Apiola, otros ilustres personajes de la independencia argentina; son reconocidos sus grados militares y se dedica a la organización y orientación del movimiento revolucionario, creando sus dos instrumentos: el militar con el famoso Regimiento Granaderos a Caballo y la fuerza civil a través de la logia Lautaro, la que recibió gran apoyo de la Sociedad Patriótica y sobre todo de su líder Bernardo Monteagudo (35) el que se convirtió en su brazo político, en adelante. Hacia 1812 la Sociedad Patriótica había desaparecido al ser absorbida por la Logia Lautaro, gran institución que había difundido el liberalismo francés y norteamericano. Esta Logia Lautaro fundada por San Martín en Buenos Aires, fue la que organiza y dirige con San Martín y Montegudo la llamada “expedición libertadora” que llega de Chile comandada por San Martín y que desembarca en Pisco
2. El 7 de septiembre de 1816 desembarca en Arica la fragata de guerra “Venganza” trayendo de pasajero al Mariscal de Campo José de La Serna, con él llegan oficiales de su “intima confianza” que eran integrantes de una logia de carbonarios europeos entregados a la causa del liberalismo; Es lógico que traían una “misión especial”. En 1819, bajo el nombre de “Paz y Perfecta Unión” se funda la Logia masónica que tenia “planes de arreglo o de campaña” (36) para con las fuerzas separatistas. En enero de 1821, cuando la logia se da cuenta que no le quedaba otro camino que el golpe contra el Virrey Pezuela, se produjo el pronunciamiento de Aznapuquio, que finalmente produjo la dimisión del Virrey y el paso del mando a La Serna y así “el gobierno del Perú fue a caer después de haber sido un régimen reaccionario, autocrático y feudal, como por contraste, en manos de una institución masónica” (37).
3. Y finalmente debemos precisar la filiación de José Faustino Sánchez Carrión, el cual encabezó en la Conferencia de Punchauca al sector de los criollos separatistas; veamos al respecto que nos dice Onsari: “...en la Orden y Libertad N° 2 fundada por José Faustino Sánchez Carrión, (estaban) los partidarios de la Republica, enemigos del monarquismo que atribuían a Monteagudo y San Martín...”
Pues bien, en Punchauca se reunieron las cabezas de dos importantes Logias “independentistas” mas una “monárquica” con tendencias liberales, unidas por la fraternidad de una secta, y por tanto con una comunidad de ideas comunes o filosofía liberal y romántica matizada por el cúmulo de principios y valores que de una forma pragmática y doctrinal profesan los masones. Sin embargo las diferencias y por tanto los puntos a negociar giraban en relación con las nuevas formas de vinculo con España y el Perú y sobre la nueva forma para el gobierno de la colonia.
Podemos afirmar, que la filosofía y los elementos doctrinarios puestos al servicio de la política y más aun de la guerra separatista, fue la desarrollada por los francmasones Francisco de Mirando y Juan Pablo Viscardo y Guzmán; sobre el primero Onsari nos dice que: “...de gran espíritu, gran aventurero y gran precursor, soldado de Washington, camarada de Lafaytte, general francés con Dumouriez, confidente de Pitt. Amigo de Catalina II de Rusia, considerado por Napoleón, fue el visionario de la independencia americana, que constituía su ideal, su norte y su propósito. A tal fin recorrió el mundo pidiendo, suplicando, exigiendo, poniendo toda su vida y esfuerzo al servicio de esa causa. Iniciado en los misterios de la francmasonería, llevo a todas partes sus propósitos y fundo la Gran Reunión Americana en la que se iniciaba a los americanos en los principios masónicos para luego instruirlos en los ideales de emancipación...” (38).
Si existió una gran escuela de formadores de la revolución independentista, esta fue la Gran Reunión Americana, fundada por Francisco de Miranda. No resulta extraño o desatinado entonces decir que las conclusiones de la reunión de Punchauca entre las cabezas de las grandes logias masónicas, fueron las que sellaron en definitiva el periodo de transición que siguió hasta la llegada de... Bolívar, pero más precisamente de su “general Antonio Valero acompañando a los ejércitos de Bolívar, grado 33 miembro del Supremo Consejo Neogranadino del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, quien procede a la regularización de las logias Paz y Perfecta Unión N°1, fundada en 1821, Orden y Libertad N° 2, fundada en 1822, Virtud y Unión N° 3, fundada en 1823, Constancia Peruana N°4 fundada en 1824 en Cuzco y Sol de Huayna Capac, fundada en 1828 en Lambayeque.”([39]8). Es obvio que Bolívar, vino a “poner orden en el patio trasero” del Supremo Consejo de Colombia.
Días después de entrar el ejercito de San Martín en Lima, Monteagudo, brazo derecho de San Martín dictaminaba uno y otro decreto “persuadiendo” a los Limeños a aunarse a la causa “patriótica”, cerrando casas comerciales, secuestrando bienes, obligando a casarse a los solteros para obtener carta de naturaleza, previo juramento a la independencia, o enrolando en el ejercito a todo español que hubiere obtenido su nacionalización. El 3 de agosto San Martín asume el mando con el Título de Protector.
Finalmente apuntaremos que Torre Tagle y Riva Agüero, los gobernantes de la nueva república, fueron dos criollos aristócratas que fueron compulsivamente “patriotizados”, por San Martín y Monteagudo. A pesar de todos los esfuerzos de Monteagudo, Sánchez Carrión y Luna Pizarro, haciendo una evaluación de la actuación independentista de San Martín en el Perú, diremos que fue un fracasó, puesto que su estrategia tenia un objetivo que de plano era incorrecto o irreal, él pensó que tomando Lima “liberaba” al Perú, pero no fue así, el sistema de Intendencias creado por la reforma borbónica había sentado precedentes de una descentralización que daba cierta autonomía y servía a las fuerzas realistas para resistir en regiones como Cusco, Huamanga, Tarma, Trujillo y Arequipa; y tal como sucedió en Lima, las elites criollas en estas intendencias no querían, pues, ser “independizadas”; así que San Martín tuvo que abandonar el Perú porque ni aun en Lima pudo consolidar una república o un protectorado. (40)
Es cierto que San Martín sostenía que había que consolidar la independencia primero y ya después habría condiciones para la democracia y la república, era pues la cabeza de toda una tendencia de la época para implantar una monarquía (41 . Es entendible, dentro de nuestro esquema, que los criollos independentistas querían transplantar todo el sistema de gobierno de España a América, incluso la monarquía, pero tropezaron con el obstáculo de la anarquía (42) demostrada por la clase política de Lima y provincias del Perú y otro mayor aun que era la difusión de las ideas republicanas, con toda la secuela de anti-monarquismo y anti-absolutismo.
Pero en el fondo, para los monárquicos, había impedimentos infranqueables que podemos sintetizar en dos: Las monarquías son continuas, se basan en una tradición que si se rompe es muy difícil restaurarlas, por tanto deben conservar esa continuidad, que en América, o no había o estaba en trance de ruptura. El otro impedimento es el hecho de que la monarquía es indivisible, pensar en una federación de principados independientes inexistentes, era cosa de mucha imaginación, y como objetivos, eran “verdaderamente utópicos” (43).
De esta forma se consolidó el proyecto de la república criolla de minorías, como un proyecto de colonialismo interno sobre las mayorías indígenas.



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