The Economist: Gigantes tech de EE.UU. y China tienen su propia batalla comercial en terreno neutro
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Es la pelea comercial más titánica del mundo. Frente a frente están los enormes gigantes de la tecnología estadounidense y china, liderados por los FAANG (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y la matriz de Google, Alphabet) por un lado y los BAT (Baidu, Alibaba y Tencent) por el otro.
Estas son algunas de las empresas más grandes del planeta, con una capitalización bursátil combinada de más de US$ 4 billones. En juego están algunos de sus mercados más prometedores. Entonces, ¿por qué esta batalla ha pasado desapercibida en gran medida?
Una razón es donde está ocurriendo. Los titanes se han evitado mutuamente en sus mercados locales, y las crecientes tensiones comerciales hacen que sea cada vez menos probable que ocurra un enfrentamiento allí. A excepción de Amazon y Apple, los FAANG ya están prohibidos en China. Estados Unidos, mientras tanto, está poniendo barreras a las empresas chinas.
Esta semana, la administración Trump declaró a China Mobile, la operadora más grande del mundo, una amenaza potencial para la seguridad nacional. A Ant Financial, una filial de Alibaba, no se le permitió comprar una empresa de pagos estadounidense a principios de este año. Y se vienen restricciones de inversión más estrictas.
Entonces, la crema y nata de EE.UU. y China solo se enfrentan directamente en terceros países, como Brasil, India e Indonesia.Otra razón del bajo perfil de la batalla es que no se combate abiertamente.
Las empresas estadounidenses, en términos generales, han trasplantado sus servicios a otros mercados; por ejemplo, Amazon ha comprometido más de US$ 5,000 millones para replicar sus ofertas en India. Pero los gigantes chinos están tomando un rumbo diferente, comprando participaciones en firmas locales y uniéndolas en complejos tapices de servicios.
El ecosistema de Tencent y Alibaba, con más de 1,000 participaciones en firmas extranjeras, incluye docenas en mercados emergentes. Junto con Ant, han respaldado el 43% de todos los unicornios asiáticos, startups que valen más de US$ 1,000 millón. Las firmas tecnológicas chinas inyectaron US$ 5,000 millones en startups indias en el 2017, un aumento de cinco veces respecto al año anterior. Los gigantes tecnológicos de Estados Unidos lucen sus colores en el exterior; China se mezcla en el trasfondo.
La batalla por los mercados emergentes merece una mayor atención, y no solo porque ha estado sucediendo por debajo del radar. Tiene implicaciones para los gigantes tecnológicos del mundo. Más de la mitad de los ingresos de Google provienen de fuera de Estados Unidos; ocho de los diez territorios más grandes de Facebook por número de usuarios son mercados emergentes.
Alibaba quiere aumentar el valor de las ventas en su plataforma que se realizan en el extranjero al 50% para el 2025, lo que implica un crecimiento estratosférico en lugares como India. Alrededor de la mitad de la población mundial está en línea; eso deja una gran cantidad de nuevos ojos para monetizar.
Además, una rivalidad tecnológica adecuada de oriente a occidente promete grandes beneficios económicos. En casa, los gigantes tecnológicos provocan preocupaciones sobre su dominio. En el exterior, están peleando por consumidores y empresas. Ant y Tencent, por ejemplo, están presentando ante los alemanes las bondades de Alipay y WeChat Pay, sus sistemas de pago móvil.
Amazon ha ayudado a establecer grandes almacenes y otras infraestructuras de comercio electrónico en la India. Con el tiempo, muchos mercados digitales tienden a concentrarse más, a medida que el tamaño engendra tamaño y los ganadores se llevan la mayor parte del botín. Por ahora, la competencia es más reñida en terceros países.
La última razón para seguir esta batalla que viene desarrollándose es la geopolítica. Estados Unidos y China están compitiendo por la supremacía digital. La lucha entre sus campeones de tecnología en otros mercados inevitablemente tendrá connotaciones políticas. La tecnología china es vendida por firmas que trabajarán con las autoridades. Eso puede inclinar la balanza a su favor en países con regímenes menos democráticos.
Los datos en línea proporcionan el combustible para la inteligencia artificial; decidir si fluyen hacia las nubes informáticas chinas o las estadounidenses podría tener consecuencias en cómo los países dependientes se convierten en una sola superpotencia. La batalla entre los FAANG y los BAT es comercial. Pero su resultado podría poner a los terceros países en un frente u otro, aumentando el riesgo de que el mundo eventualmente se divida en dos tecnobloques.
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