29 DE JULIO DE 1883: MITIN DE LOS TRAIDORES EN LIMA
29 DE JULIO DE 1883: MITIN DE LOS TRAIDORES EN LIMA
Fue domingo, el 29 de julio de 1883. Pese a que el litoral peruano estaba ocupado por los chilenos y pese a que en la sierra se libraba aún una sangrienta guerra de resistencia, en Lima el ambiente era festivo. Representantes de los grupos de poder local confraternizaban con los invasores chilenos. En verdad no hubo casi hecho alguno que demostrara que los habitantes de la capital rechazaban la presencia extranjera; salvo, la marcha a la sierra de jóvenes intelectuales que salían en pos de Cáceres, para combatir en La Breña.
Fue domingo, el 29 de julio de 1883. Pese a que el litoral peruano estaba ocupado por los chilenos y pese a que en la sierra se libraba aún una sangrienta guerra de resistencia, en Lima el ambiente era festivo. Representantes de los grupos de poder local confraternizaban con los invasores chilenos. En verdad no hubo casi hecho alguno que demostrara que los habitantes de la capital rechazaban la presencia extranjera; salvo, la marcha a la sierra de jóvenes intelectuales que salían en pos de Cáceres, para combatir en La Breña.
En Lima sucedió algo inconcebible. Los políticos oportunistas llamaron a varias reuniones en favor de la paz humillante que ofrecía Chile. Lo que les importaba era el retorno del "orden" y la "legalidad", para retomar el gobierno y recomponer su dominio de clase. De allí que, dando las espaldas a lo que sucedía en el interior del país, donde la lucha contra los invasores proseguía sin tregua, esos políticos se preocuparan solo de formar una "Asamblea Constituyente".
Así, el 29 de julio de 1883 se desarrolló un mitin en el teatro Politeama de Lima, con asistencia de unas trescientas personas, donde oradores como el presbítero Germán Fuentes Chávez, se esforzaron por ensalzar a Miguel Iglesias, el presidente inventado por Chile. Nada pudo satisfacer más a Jovino Novoa, ministro plenipotenciario de Chile en Lima, quien comunicó de inmediarto a su gobierno el éxito de dicha farsa: "Todos hablaron en el sentido de la paz, sobre la necesidad de llegar a ella cuanto antes, y que para ello era menester apoyar al general Iglesias. La concurrencia aceptó las conclusiones y se retiró en medio de vivas al jefe del norte".
Todo ello encajaba en los planes del enemigo y era el partido de Nicolás de Piérola el que lo servía: "Señor Ministro -escribiría el citado Novoa tres días después-: Anteanoche se reunió en casa del doctor Arenas la junta consultiva del Partido Nacional. Se acordó declarar que el partido hacía suya la resolución que varios de sus miembros adoptaron en la reunión del 22 de julio, presidida por el doctor Arenas, de apoyar al general Iglesias".
Ese mismo día, Cáceres, con los sobrevivientes de Huamachuco, entraba una vez más en Huancayo, anunciando en un parte oficial que la lucha continuaba, no sólo contra los chilenos, sino también contra los traidores.
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