Israel somete a menores palestinos presos a régimen de aislamiento
Israel somete a menores palestinos presos a régimen de aislamiento
Las pruebas reunidas por la sección palestina de Defence for Children International desde enero de este año sugieren que las autoridades israelíes están sometiendo, de manera creciente, a menores palestinos presos a un régimen de aislamiento para ser interrogados.
Desde enero de 2013, las autoridades israelíes han encerrado al menos a siete menores palestinos, de 16 y 17 años, en régimen de aislamiento por periodos de 2 a 21 días, según la investigación de DCI-Palestina. Esto representa una tercera parte de los casos de aislamiento documentados por DCI-Palestina en 2012, año durante el cual se sometió a un total de 21 adolescentes palestinos, de edades comprendidas entre los 14 y los 17 años, a régimen de aislamiento de entre 4 y 29 días.
“Los interrogadores israelíes aíslan a los menores palestinos en una pequeña y sucia celda y, luego, les arrastran una y otra vez para ser interrogados, así durante varios días, en los que son presionados y coaccionados para que hagan una confesión”, ha dicho Ayed Abu Eqtaish, director del Programa de Responsabilidad de DCI-Palestina. “Las autoridades israelíes deben prohibir el uso del aislamiento para cualquier menor de 18 años”.
Desde 2008, DCI-Palestina ha documentado 66 casos de aislamiento de niños palestinos presos. En la gran mayoría de los casos, los menores fueron sometidos a régimen de aislamiento mientras eran interrogados repetida y prolongadamente, con el aparente propósito de obtener una confesión. Durante estos interrogatorios, los niños fueron obligados a sentarse en pequeñas sillas metálicas sujetas al suelo, con sus manos y pies esposados a la silla, a menudo durante varias horas.
“El interrogador me sentó en una sillita de metal que estaba en el centro de la habitación y frente a la mesa donde estaba sentado él”, ha dicho Mohamed K., de 16 años, que fue arrestado el 15 de marzo, acusado de arrojar piedras, y mantenido en régimen de aislamiento durante cuatro días en el centro de detención de Al-Yalame de Israel. “El interrogador me ató las manos y los pies a la silla y luego me abofeteó con fuerza y me ordenó que confesara”.
Los efectos psicológicos y físicos perjudiciales de la detención de personas en régimen de aislamiento están bien documentados: ataques de pánico, miedo a una muerte inminente, depresión, aislamiento social, desesperación, ira no provocada, falta de concentración, desorientación, paranoia, episodios psicóticos, automutilación, intentos de suicidio…
Por estas razones, el Relator Especial de la ONU sobre Tortura, Juan Méndez, ha pedido la prohibición completa del uso del régimen de aislamiento para los niños en un informe enviado a la Asamblea General de la ONU en 2011. Méndez concluyó que el uso del régimen de aislamiento “puede ser una tortura o trato inhumano o degradante, durante la detención preventiva por un tiempo indefinido o por un periodo prolongado, para las personas con discapacidad mental o los menores”.
“Estaba muy cansado de estar solo en régimen de aislamiento, así que decidí confesar que puse un artefacto explosivo improvisado, con la esperanza de que así dejarían de torturarme”, dijo Anuar A., de 17 años, que fue arrestado el 21 de enero y mantenido en régimen de aislamiento durante 14 días en Al-Yalame.
Menores que fueron sometidos a régimen de aislamiento en la prisión de Al-Yalame han dicho que les encerraban en pequeñas celdas con un aseo y una cama de cemento o un colchón delgado y sucio. Las comidas, a veces incomestibles, se las pasaban por una compuerta abierta en la puerta. No había ventanas en la celda. La única fuente de luz provenía de una diminuta bombilla que arrojaba una tenue luz amarillenta las 24 horas del día.
“No sabía si era de día o de noche, salvo cuando me llevaban a la sala de interrogatorios”, dijo Moatasem N., de 17 años, que fue detenido el 29 de enero y recluido en régimen de aislamiento durante 21 días en Al-Yalame. “La comida me la pasaban a través de un agujero en la puerta y nunca vi a quien me la daba. A veces, era realmente mala, no apta para personas”.
DCI-Palestina sostiene que los tribunales militares deben excluir todas las pruebas obtenidas por la fuerza o la coacción o en los casos en los que un menor no ha sido debidamente informado de su derecho a guardar silencio. Además, la práctica del régimen de aislamiento para niños en centros de detención israelíes debe ser eliminada de inmediato y debe ser prohibida por ley. Deben introducirse medidas eficaces de rendición de cuentas para garantizar que todos los informes creíbles de torturas y malos tratos sean investigados de forma imparcial y los responsables de los mismos sean procesados.
Desde enero de 2013, las autoridades israelíes han encerrado al menos a siete menores palestinos, de 16 y 17 años, en régimen de aislamiento por periodos de 2 a 21 días, según la investigación de DCI-Palestina. Esto representa una tercera parte de los casos de aislamiento documentados por DCI-Palestina en 2012, año durante el cual se sometió a un total de 21 adolescentes palestinos, de edades comprendidas entre los 14 y los 17 años, a régimen de aislamiento de entre 4 y 29 días.
“Los interrogadores israelíes aíslan a los menores palestinos en una pequeña y sucia celda y, luego, les arrastran una y otra vez para ser interrogados, así durante varios días, en los que son presionados y coaccionados para que hagan una confesión”, ha dicho Ayed Abu Eqtaish, director del Programa de Responsabilidad de DCI-Palestina. “Las autoridades israelíes deben prohibir el uso del aislamiento para cualquier menor de 18 años”.
Desde 2008, DCI-Palestina ha documentado 66 casos de aislamiento de niños palestinos presos. En la gran mayoría de los casos, los menores fueron sometidos a régimen de aislamiento mientras eran interrogados repetida y prolongadamente, con el aparente propósito de obtener una confesión. Durante estos interrogatorios, los niños fueron obligados a sentarse en pequeñas sillas metálicas sujetas al suelo, con sus manos y pies esposados a la silla, a menudo durante varias horas.
“El interrogador me sentó en una sillita de metal que estaba en el centro de la habitación y frente a la mesa donde estaba sentado él”, ha dicho Mohamed K., de 16 años, que fue arrestado el 15 de marzo, acusado de arrojar piedras, y mantenido en régimen de aislamiento durante cuatro días en el centro de detención de Al-Yalame de Israel. “El interrogador me ató las manos y los pies a la silla y luego me abofeteó con fuerza y me ordenó que confesara”.
Los efectos psicológicos y físicos perjudiciales de la detención de personas en régimen de aislamiento están bien documentados: ataques de pánico, miedo a una muerte inminente, depresión, aislamiento social, desesperación, ira no provocada, falta de concentración, desorientación, paranoia, episodios psicóticos, automutilación, intentos de suicidio…
Por estas razones, el Relator Especial de la ONU sobre Tortura, Juan Méndez, ha pedido la prohibición completa del uso del régimen de aislamiento para los niños en un informe enviado a la Asamblea General de la ONU en 2011. Méndez concluyó que el uso del régimen de aislamiento “puede ser una tortura o trato inhumano o degradante, durante la detención preventiva por un tiempo indefinido o por un periodo prolongado, para las personas con discapacidad mental o los menores”.
“Estaba muy cansado de estar solo en régimen de aislamiento, así que decidí confesar que puse un artefacto explosivo improvisado, con la esperanza de que así dejarían de torturarme”, dijo Anuar A., de 17 años, que fue arrestado el 21 de enero y mantenido en régimen de aislamiento durante 14 días en Al-Yalame.
Menores que fueron sometidos a régimen de aislamiento en la prisión de Al-Yalame han dicho que les encerraban en pequeñas celdas con un aseo y una cama de cemento o un colchón delgado y sucio. Las comidas, a veces incomestibles, se las pasaban por una compuerta abierta en la puerta. No había ventanas en la celda. La única fuente de luz provenía de una diminuta bombilla que arrojaba una tenue luz amarillenta las 24 horas del día.
“No sabía si era de día o de noche, salvo cuando me llevaban a la sala de interrogatorios”, dijo Moatasem N., de 17 años, que fue detenido el 29 de enero y recluido en régimen de aislamiento durante 21 días en Al-Yalame. “La comida me la pasaban a través de un agujero en la puerta y nunca vi a quien me la daba. A veces, era realmente mala, no apta para personas”.
DCI-Palestina sostiene que los tribunales militares deben excluir todas las pruebas obtenidas por la fuerza o la coacción o en los casos en los que un menor no ha sido debidamente informado de su derecho a guardar silencio. Además, la práctica del régimen de aislamiento para niños en centros de detención israelíes debe ser eliminada de inmediato y debe ser prohibida por ley. Deben introducirse medidas eficaces de rendición de cuentas para garantizar que todos los informes creíbles de torturas y malos tratos sean investigados de forma imparcial y los responsables de los mismos sean procesados.
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