INFORMACIÓN PROHIBIDA: LA PARTICIPACIÓN JUDÍA E ISRAELÍ EN LOS ATAQUES DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 2001

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Cuando ocurre un evento que cambia la dinámica de la geopolítica global de manera fundamental, de todas las preguntas que podamos hacernos para comprenderlo, hay una cuya respuesta siempre señalará a sus perpetradores. La pregunta es: “¿Quién se beneficia de todo esto?” Si además se descubre que los sospechosos tenían motivos y medios, y poco a poco salen a la luz incontables testimonios de políticos, militares, insiders, y evidencias recopiladas y analizadas por expertos en el campo del periodismo, la historia, la ingeniería armamentística, la física, y la arquitectura, entonces podemos afirmar —en base al cotejo de todas esas fuentes— que nos encontramos ante un hecho indudable. Y así ocurre con los eventos del 11 de septiembre de 2001. Descartando la narrativa oficial por lo absurda que resulta, según expertos, solo hay dos organizaciones en todo el planeta con la experiencia, los activos, el acceso y la protección política necesarios para haber ejecutado un evento de la dimensión del 11-S, así como para perpetrar su encubrimiento hasta la fecha. Ambas son agencias de inteligencia, la CIA y el Mossad israelí, cuyos motivos posiblemente fueron los más convincentes para las estructuras de poder involucradas y encajaron perfectamente con la agenda Neocon PNAC y su necesidad explícitamente declarada de usar “un evento catastrófico y catalizador, como un nuevo Pearl Harbor” con el fin de movilizar a la opinión pública estadounidense para apoyar las guerras previamente planificadas cuyos efectos serían destruir a los enemigos de Israel y poner a los EE.UU. al servicio de intereses financieros transnacionales a través del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano descrito por el Pentágono. Cada vez es más abrumadora la evidencia de que el 11 de septiembre fue un evento de ‘bandera falsa’, organizado y diseñado por una combinación de agencias nacionales secretas como la CIA y el Mossad israelí, que están dominadas por personas con ascendencia judía o doble nacionalidad israelí/estadounidense. Y ante el océano de evidencias que se acumulan año tras año, las preguntas importantes que permanecen sin resolver son: ¿por qué no hubo una investigación criminal?, ¿por qué los sospechosos fuertemente implicados en la detención de la policía pudieron escapar sin cargos?, ¿por qué las investigaciones oficiales fueron sobornadas?, ¿por qué incluso hasta hoy la mayoría de los políticos occidentales se niegan a reconocer los hechos?, y ¿por qué se desprecia a quienes sí los reconocen incluso amenazándolos con enjuiciamiento por supuesto ‘apoyo al terrorismo’? Solo una conspiración criminal en los niveles más altos de los gobiernos occidentales puede explicar este fracaso para perseguir a los culpables y revelar la verdad a la población mundial. La única conclusión lógica es que todos ellos son irremediablemente corruptos, a pesar de aparentar lo contrario, a sabiendas de que están intencionalmente coludidos en la ejecución y encubrimiento de uno de los crímenes más deplorables de este siglo. Pero lo más cínico y siniestro es que diecisiete años después de los autoatentados terroristas del 11 de septiembre, el gobierno de los EE.UU. y los medios de comunicación corporativos sigan respaldando el proyecto global de Israel y la realeza europea y saudita, incluso apoyando abiertamente a Al-Qaeda y a los rebeldes sirios que ahora hasta son dignos de su simpatía. En este artículo ofrecemos una síntesis de testimonios, análisis y recopilación de evidencias con la finalidad de nutrir el espíritu del revisionismo histórico que cada vez cobra más interés entre la gente. El índice de contenidos es el siguiente: (1) Benjamin Netanyahu: ‘Los ataques terroristas del 9/11 beneficiaron a Israel’; (2) Exministro de Defensa de Canadá se refirió a los ‘enemigos imaginarios’ del 9/11 como ‘la estafa más grande de la Historia’; (3) Expresidente de Italia: ‘El 11 de septiembre fue un autoatentado’; (4) General Albert Stubblebine: ‘Vi un misil golpear el Pentágono, no un avión’; (5) Documental de Tony Rooke muestra evidencia irrefutable del ‘autoataque’ y las mentiras de la BBC; (6) Israel colocó los explosivos que derribaron las Torres Gemelas en los atentados del 9/11; (7) Participación de agentes judíos e israelíes en los ataques del 11 de septiembre de 2001; (8) Israelíes fueron alertados antes de los ataques a través de mensajes instantáneos; (9) El misterioso software que fue instalado el 9/11 en los sistemas informáticos del gobierno de los EE.UU. y sus agencias militares; (10) Todos los jueces principales designados eran judíos sionistas; (11) Comisión del 9/11, controlada por judíos sionistas; (12) Evidencias del crimen fueron desechadas rápidamente por un judío; (13) Judíos sionistas que ocuparon posiciones clave para el encubrimiento; (14) Documental: Los israelíes y el ataque del 11 de septiembre; (15) John Kerry, Bush (Sr. y Jr.), George Soros y Peter Munk acusados ante tribunales por ataques del 11-s; (17) Las 28 páginas del informe de la comisión del 11-S que implican a la inteligencia saudí y a miembros de la familia real; (18) Thierry Meyssan: Sobre las consecuencias del 11 de Septiembre.


Benjamin Netanyahu: ‘Los ataques terroristas del 9/11 beneficiaron a Israel’

El periódico israelí Ma’ariv informó que el actual Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo en una audiencia en la universidad de Bar Ilan, que los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 habían sido beneficiosos para Israel:
“Nos estamos beneficiando de una cosa, y eso es el ataque a las Torres Gemelas y el Pentágono, y la lucha estadounidense en Irak… Estos eventos sacudieron a la opinión pública estadounidense en nuestro favor.” (Fuente: Haaretz)

Exministro de Defensa de Canadá se refirió a los ‘enemigos imaginarios’ del 9/11 como ‘la estafa más grande de la Historia’

Como ha advertido el ex-ministro de Defensa de Canadá, Paul Hellyer, al final de la Guerra Fría, el Pentágono escribió un nuevo “plan de defensa” popularmente conocido como el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano. Este proyecto era sumamente ambicioso e implicaba la conquista de gran parte del mundo por medios financieros y militares. El documento, conocido por muy pocas personas, reconoce que el plan era tan ambicioso que sería muy difícil de digerir para los estadounidenses sin el uso de eventos catastróficos y catalizadores como un “nuevo Pearl Harbor.” Y así sucedió, como pudimos ver en los ataques del 9/11.
“Hoy, más de una década después, la situación se torna aún más oscura conforme la verdad sobre el 9/11 empieza a emerger desde el entierro de la prensa manipulada. Resulta que miembros de la administración de George W. Bush sabían de los ataques desde semanas antes y no hicieron ningún esfuerzo para prevenirlos. Por el contrario, la evidencia apunta hacia su complicidad.
Hoy se sabe que no sólo dos o tres edificios colapsaron, sino siete. Y algunos de ellos, si no es que todos, fueron arreglados para su demolición controlada. Pero eso no es todo. Una nueva arma de destrucción masiva fue usada para reducir el concreto y el acero a polvo antes de que alcanzara el suelo.
Si usted tiene alguna duda sobre esto, lea el libro de la Dra. Judy Wood’s titulado ‘¿A dónde fueron las Torres?’ que contiene 500 páginas de evidencia meticulosa. La historia pone en evidencia el más grande engaño de la historia moderna con las consecuencias más negativas que se haya visto.”



Expresidente de Italia: ‘El 11 de septiembre fue un autoatentado’

Después del 11 de septiembre de 2001, el expresidente italiano Francesco Cossiga dijo a uno de los periódicos más prestigiosos de Italia que los ataques fueron dirigidos por la CIA y el Mossad, y que esto era de conocimiento común entre las agencias de inteligencia mundiales:
“Bin Laden supuestamente confesó ser el autor del ataque de Qaeda a las dos torres de Nueva York en septiembre, mientras que todos los servicios de inteligencia de América y Europa… ahora saben bien que el ataque desastroso ha sido planeado y realizado por la CIA estadounidense y el Mossad, con la ayuda del mundo sionista, para acusar a los países árabes y para inducir a las potencias occidentales a participar… en Iraq y Afganistán.” (Fuente: Corriere della Sera)

General Albert Stubblebine: ‘Vi un misil golpear el Pentágono, no un avión’

“Vi un misil golpear el Pentágono, no un avión. Todos los censores fueron apagados ese día, pero uno aparentemente no se apagó y mostró un objeto golpeando el Pentágono y no parecía un avión… En cada piso pudieron verse sucesivas bocanadas de humo, …esas bocanadas de humo se deben a demoliciones controladas. El colapso de las Torres Gemelas fue causado por una demolición controlada.” (Fuente: Major General Albert Stubblebine)



Documental de Tony Rooke muestra evidencia irrefutable del ‘autoataque’ y las mentiras de la BBC

Incontrovertible es el primer documental que publica testimonios sin censura de oficiales de policía, bomberos y soldados expresando su grave preocupación por la explicación oficial de los eventos del 9/11. La película está destinada a combatir la propaganda de los medios de comunicación convencionales y sus mentiras sobre los ataques del 11 de septiembre de 2001.



Israel colocó los explosivos que derribaron las Torres Gemelas en los atentados del 9/11

Según fuentes del FBI citadas por Sorcha Faal, el fiscal federal de los EE.UU., Thomas Wales, fue asesinado el 11 de octubre de 2001 después de abrir una investigación sobre unos misteriosos “estudiantes de arte” israelíes quienes en las semanas previas a los ataques del 11 de septiembre de 2001 intentaron allanar las instalaciones de la marina en Port Hadlock, Washington, misma en la que el ejército estadounidense almacena el famoso explosivo de nano-termita cuyos residuos fueron descubiertos en los escombros del World Trade Center como expone un artículo científico revisado por The Open Chemical Physics Journal.
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Científicos encontraron explosivos de nano-termita (estimados en más de 10 toneladas) en la catástrofe del World Trade Center.
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Participación de agentes judíos e israelíes en los ataques del 11 de septiembre de 2001

Poco después de la destrucción de las torres gemelas, informes de noticias de radio describieron a cinco “hombres del Medio Oriente” arrestados en Nueva Jersey después de haber sido vistos filmando y celebrando los explosivos “colapsos” del World Trade Center.
Estos hombres, de una compañía de mudanzas falsa en Weehawken, N.J., resultaron ser agentes de la inteligencia militar israelí, el Mossad. Además, su “camioneta de mudanzas” también contenía explosivos.
Dominic Suter, el dueño israelí de Urban Moving Systems, la falsa “compañía de mudanzas”, huyó a toda prisa o se le permitió escapar a Israel antes de que agentes del FBI pudieran interrogarlo. Los agentes israelíes luego fueron devueltos a Israel por violaciones menores a la visa. Uno de los agentes israelíes declaró más tarde a la radio israelí que los habían enviado a “documentar el evento” que cobró la vida de unos 3.000 estadounidenses.
A pesar del hecho de que los israelíes arrestados en Nueva Jersey evidentemente tenían conocimiento previo o estaban involucrados en la planificación del 11 de septiembre, los principales medios de comunicación de EE.UU. ni siquiera han abordado la cuestión de la complicidad israelí en los ataques.
El Secretario de Justicia Auxiliar a cargo de las investigaciones criminales en ese momento era Michael Chertoff, jefe del Departamento de Seguridad Nacional durante la administración Bush. Chertoff es ciudadano israelí e hijo de la primer azafata de la aerolínea nacional de Israel, El Al.

Israelíes fueron alertados antes de los ataques a través de mensajes instantáneos

El 12 de septiembre de 2001, la edición de Internet de The Jerusalem Post informó que:
“El Ministerio de Asuntos Exteriores israelí ha recogido los nombres de 4.000 israelíes que se cree que se encontraban en las áreas del World Trade Center y el Pentágono en el momento del ataque.”
Sin embargo, solo un israelí murió en el WTC y, según los informes, dos murieron en el avión “secuestrado.”
Aunque se perdieron un total de tres vidas israelíes el 11 de septiembre, los redactores de discursos del presidente George W. Bush elevaron el número de muertos israelíes a 130 en el discurso del presidente ante una sesión conjunta del Congreso el 20 de septiembre de 2001.
La evidencia de que los israelíes habían sido advertidos varias horas antes de que ocurrieran los ataques está fundamentada en un servicio israelí de mensajería instantánea, conocido como Odigo. Esta noticia fue brevemente cubierta en los medios de los Estados Unidos, y rápidamente fue olvidada.
Al menos dos empleados de Odigo con base en Israel recibieron advertencias de un ataque inminente en la ciudad de Nueva York más de dos horas antes de que el primer avión llegara al WTC. Odigo tenía su sede en los EE.UU., a dos cuadras del World Trade Center. Los empleados de Odigo, sin embargo, no extendieron la advertencia a las autoridades de la ciudad de Nueva York, una medida que podría haber salvado miles de vidas.
Odigo, como muchas compañías de software israelíes, tiene su centro de Investigación y Desarrollo (I&D) en Herzliya, Israel, una pequeña ciudad al norte de Tel Aviv, donde se encuentran las oficinas centrales del Mossad.

El misterioso software que fue instalado el 9/11 en los sistemas informáticos del gobierno de los EE.UU. y sus agencias militares

Ptech, una misteriosa compañía de software, ha estado vinculada con los eventos del 11 de septiembre. La compañía con sede en Quincy, Massachusetts, estaba supuestamente conectada con “la Hermandad Musulmana” y los financistas árabes del terrorismo.
Los supuestos vínculos de la empresa con el terrorismo dieron lugar a un examen por consenso del FBI en diciembre de 2002, que se filtró de inmediato a los medios de comunicación. Los informes de los medios sobre la “incursión” del FBI en Ptech pronto llevaron a la desaparición de la compañía.
Según la web From the Wilderness (FTW), de Michael Ruppert:
“Ptech produjo software derivado de PROMIS, que tenía un núcleo de inteligencia artificial y se instaló prácticamente en todos los sistemas informáticos del gobierno de los EE.UU. y sus agencias militares el 11 de septiembre de 2001… Esto incluyó a la Casa Blanca, el Departamento del Tesoro (Servicio Secreto), la Fuerza Aérea, la Federal Aviation Administration (FAA), CIA, FBI, ambas cámaras del Congreso, la Marina, el Departamento de Energía, IRS, Booz Allen Hamilton, IBM, Enron y más.”
Quienquiera que conspiró el 11 de septiembre definitivamente vio a la Administración Federal de Aviación (FAA) como un enemigo esa mañana. Reemplazar los sistemas de FAA sería la forma más efectiva de garantizar que los ataques tuvieran éxito, informó FTW.
“La FAA necesitaba una cambio en el software PROMIS instalado en sus sistemas y Ptech era precisamente eso. La Casa Blanca y el Servicio Secreto tenían el mismo software en sus sistemas, probablemente una versión modificada superior capaz de sistemas de vigilancia e intervención.”

Todos los jueces principales designados eran judíos sionistas

Inmediatamente después de los ataques del 11 de septiembre, la red sionista maniobraba metódicamente entre bastidores para anular cualquier investigación legítima que pudiera revelar lo que realmente sucedió ese día. Hicieron su objetivo controlar todos y cada uno de los ángulos de la llamada “investigación” para que pudieran encubrir rápidamente cualquier evidencia que apuntara a la participación sionista. Los nombres de los principales jueces sionistas nombrados son:
• Alvin K. Hellerstein – juez del Tribunal de Distrito de los EE.UU. para el Distrito Sur de Nueva York. Estuvo involucrado en varios casos de alto perfil relacionados con el 11 de septiembre. Hellerstein es un sionista dedicado y un nacionalista israelí que tiene vínculos con la mafia judía que data de 1956.
• Michael B. Mukasey – Este juez judío ortodoxo supervisó el litigio entre Larry Silverstein y las compañías de seguros después del 11 de septiembre. Silverstein recibió miles de millones. Mukasey impidió una investigación completa sobre el incidente de los “cinco israelíes danzantes” que fueron arrestados en relación con el 11 de septiembre. Él jugó un papel importante en su liberación. Más tarde fue nombrado fiscal general por el presidente Bush. Él defendió el Patriot Act y apoya las políticas de tortura.
• Michael Chertoff – Estuvo a cargo de la División Criminal en el Departamento de Justicia del 9/11. Esencialmente es responsable de la NO-investigación del 11-S. Permitió que cientos de espías israelíes que fueron arrestados antes y durante el 11 de septiembre regresaran a su hogar en Israel. Chertoff supuestamente tiene doble ciudadanía israelí y estadounidense. Su familia es una de las familias fundadoras del estado de Israel y su madre fue una de las primeros agentes del Mossad, la agencia de espionaje de Israel. Su padre y su tío son rabinos y maestros del Talmud.
• Kenneth Feinberg – Bajo el control del Cabal sionista, Feinberg se encargó de establecer el fondo de compensación para las víctimas del 9/11 ($7 mil millones), para lograr que el 97% de las familias de las víctimas tomaran dinero a cambio de eliminar las demandas para una investigación legal del 11 de septiembre.
• Sheila Birnbaum – Esta sionista de la firma de abogados Skadden, Arps, Slate, Meagher & Flom, estuvo involucrada en el encubrimiento del 11-S al ser nombrada “mediadora especial” de las demandas presentadas por el 3% de las familias que decidieron no venderse al fondo de compensación. Nada significativo ha sucedido con estos reclamos desde entonces.
• Benjamin Chertoff (primo de Michael Chertoff) — Escribió sobre el éxito del 9/11 en Popular Mechanics, afirmando que “desacredita las teorías de conspiración sobre el 11 de septiembre.” Sus argumentos ridículos todavía son ampliamente citados por los criminales defensores de la narrativa oficial. Afirma que su relación con Michael Chertoff es “distante”, pero Chris Bollyn ha demostrado lo contrario.
• Stephen Cauffman – Es líder de las investigaciones de NIST que en conjunto equivalen a un encubrimiento sistemático del colapso del WTC 7. La posición inverosímil de NIST sigue siendo que el fuego derribó el edificio 7 del WTC, junto con un daño menor causado por ‘escombros expulsados’ por el colapso de la Torre Norte situada a una cuadra de distancia y con el edificio 8 del WTC enmedio.

Comisión del 9/11, controlada por judíos sionistas

Philip Zelikow fue nombrado director ejecutivo de la Comisión del 11-S, la posición más poderosa del comité. Este judío sionista es responsable de inventar la ficción que se presentó como “Informe de la Comisión del 11 de septiembre: narración oficial.” El informe contiene cientos de anomalías, contradicciones, omisiones y falsedades evidentes. Incluso logró omitir cualquier referencia al colapso del Edificio 7 a las 5:20 PM.
Inicialmente, Henry Kissinger fue nombrado director ejecutivo, pero se rindió después de una enorme protesta. Esto allanó el camino para que el operativo sionista Zelikow tomara el timón. Zelikow tiene numerosos conflictos de intereses que claramente inhibieron su capacidad de decir la verdad al pueblo estadounidense sobre los ataques terroristas del 11 de septiembre.

Evidencia del crimen fue desechada rápidamente por un judío

La gestión de metales del judío Alan D. Ratner y el grupo SIMS se responsabilizaron de recoger rápidamente el acero y escombros de WTC para enviarlo a las fundiciones asiáticas. Ratner se fusionó con el grupo SIMS y la corporación Hugo Neu, y obtuvieron un beneficio considerable.
Ratner vendió más de 50,000 toneladas de acero de evidencia de la escena del crimen a una compañía china a $120 dólares por tonelada. Ratner lo había obtenido a $70 dólares por tonelada. De este modo Ratner no sólo se aseguró de eliminar las pruebas de una de las mayores escenas de crímenes de la historia, sino que obtuvo grandes ganancias vendiéndoselo a otro país “enemigo.”

Judíos sionistas que ocuparon posiciones clave para el encubrimiento

Cabe señalar que los judíos estaban extremadamente sobrerrepresentados en la administración Bush. Un grupo étnico minoritario que comprende solo el 2% de la población estadounidense tenía a 42 de sus componentes en altos cargos en el gabinete de Bush. Esta sobrerrepresentación extrema de judíos sionistas ilustra el alcance de su control del gobierno estadounidense al momento de los ataques del 11 de septiembre. Sin la participación de muchas de las personalidades sionistas aquí expuestas, el 11 de septiembre no podría haber ocurrido:
• Rabbi Dov Zakheim – Es coautor del documento del PNAC sobre la reconstrucción de las defensas de los Estados Unidos que aboga por la necesidad de un incidente parecido a Pearl Harbor para movilizar a los Estados Unidos en favor de las empresas neocoloniales de la élite global sionista. Sirvió como contralor del Pentágono desde el 4 de mayo de 2001 hasta el 10 de marzo de 2004. Dos grandes sumas de dinero desaparecieron del Pentágono bajo su vigilancia. En un principio, Donald Rumsfeld (10 de septiembre de 2001) informó de la pérdida de $2.3 billones y, más tarde, Zakheim no pudo justificar otro billón. Zakheim también se encargó de vender —como excedentes— aviones estadounidenses F-15 y F-16 a Israel a una fracción de su valor.
• Michael Chertoff – Fue Secretario de Justicia Auxiliar para la división criminal del Departamento de Justicia; y más tarde, Director de Seguridad Nacional. Su esposa, Meryll Chertoff, fue directora regional de la ADL. Su madre fue una de las primeras azafatas de El Al y por lo tanto tenía una relación con el Mossad. Su padre y su tío son rabinos.
• Richard Perle – Presidente de la Junta de Política de Defensa del Pentágono. Fue expulsado de la oficina del senador Henry Jackson en la década de 1970, luego de que la NSA lo atrapara filtrando documentos altamente clasificados a Israel.
• Paul Wolfowitz – Fue subsecretario de Defensa y miembro de la Junta de Política de Defensa en el Pentágono.
• Douglas Feith – Dirigió la reconstrucción en Iraq junto con Wolfowitz, del Departamento de Guerra en el 9-11. Fue Despedido del Consejo de Seguridad Nacional en 1976 por sospecha de filtrar documentos clasificados a Israel. “Ciudadano dual” de EE.UU. e Israel. Douglas Feith creó la “Oficina de Planes Especiales” poco después del 11 de septiembre, que es de donde provienen todos los falsos informes de inteligencia que acusan a Irak de desarrollar armas de destrucción masiva y de tener vínculos con Al Qaeda.
• Elliott Abrams – Consejero clave del Consejo de Seguridad Nacional. Asociado con expertos criminales sionistas pro israelíes como: AEI, PNAC, CSP y JINSA. Estrechamente asociado con otros judíos criminales como Perle, Feith, Wolfowtiz y Bill Kristol. Fue condenado por mentir al Congreso en el asunto Irán-Contras, pero más tarde recibió el perdón de Bush.
• Marc Grossman – Doble ciudadano de EE.UU. e Israel, fue Subsecretario de Asuntos Políticos durante el 9-11. Poco después de los atentados se reunió con el general Mahmoud Ahmad, jefe de Inter-Services Intelligence de Pakistán y presunto co-financiador del 9-11.
• Ari Fleischer — Doble ciudadano de EE.UU. e Israel, fue portavoz de la Casa Blanca para George Bush durante el 9-11. Mintió a la prensa sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, y está conectado con el grupo extremista conocido como los Jásidas de Chabad-Lubavitch.

Documental: Los israelíes y el ataque del 11 de septiembre



John Kerry, Bush (Sr. y Jr.), George Soros y Peter Munk acusados ante tribunales por ataques del 11-s

Jay Lowe ha publicado información sobre las acusaciones públicas contra GEORGE SOROS, PETER MUNK, GEORGE W. BUSH, JOHN BRENANN, JOHN MCCAIN y muchos más, incluyendo a HILLARY CLINTON por traición capital en lo que respecta a los ataques realizados en EE.UU. la mañana del 11 de septiembre del 2001. Esto es oficial, sin embargo, por razones obvias, los tribunales o las acciones que se están llevando a cabo no se divulgarán en este momento, informa Nesara. Uno de los tribunales donde la evidencia está ahora en registro es el tribunal superior de Nevada, ya que se relaciona directamente con Uranium One y el papel de esa entidad en los ataques de black-ops contra EE.UU.

acusaciones 11 de septiembre
Un juzgado de Nevada inicia el procesamiento de Bush (Sr. y Jr.), Soros, Cheney, Munk, Bronfman, Clinton y otros por ataques del 11-S.

Las 28 páginas del informe de la comisión del 11-S que implican a la inteligencia saudí y a miembros de la familia real

Al hablar de la implicación de Israel, no sólo se habla de judíos implicados en los autoatentados del 11 de septiembre, sino de una élite global conformada por miembros de la realeza europea, sionista, cabalista y saudita que comparten una misma agenda más allá de ser cristianos, musulmanes o judíos. La idea de que los problemas del mundo se deben a que países y religiones están enfrentadas unos con otros, es sólo una pantalla para ocultar la realidad. Lo que hay detrás de todos los problemas de este mundo son disputas entre facciones de la élite global que hacen alianzas entre ellos y también se traicionan. Estas élites están formadas fundamentalmente por miembros de la realeza y ellos manejan países, presidentes y primeros ministros a su antojo.
Wikileaks ha publicado un reporte de 2002 del Comité Selecto de Inteligencia del Senado de los EE.UU., titulado: Las 28 páginas del informe de la comisión del 11-S que implican a la inteligencia saudí y a miembros de la familia real, en el que se expone la implicación de las familia real de la Casa de Saud, como expone el título.
arabia saudita atentado 11 de septiembre
Reporte del Comité de Inteligencia del Senado de los EE.UU. (Diciembre de 2002)

Thierry Meyssan: Sobre las consecuencias del 11 de Septiembre

“En los EE.UU. nunca hubo juicios por los crímenes del 11 de Septiembre de 2001. La administración de George Bush hijo nos dijo que el culpable era al-Qaeda y que el castigo sería el derrocamiento de todos los que habían ayudado a al-Qaeda, o sea los talibanes afganos y, después, el régimen iraquí de Saddam Hussein. Pero existen numerosos indicios que desmienten esa tesis de manera irrefutable.
Todos hemos entendido ya que altas personalidades estaban mintiendo cuando el secretario de Justicia y el director del FBI, Robert Muller, publicaron los nombres de los 19 supuestos participantes en los secuestros de los aviones implicados en los hechos del 11 de Septiembre. Y lo supimos porque ya teníamos las listas de todos los pasajeros de los aviones, divulgadas por las compañías aéreas, y ninguno de aquellos sospechosos aparecía en dichas listas.
Basándonos en esos elementos sospechamos del «Gobierno de Continuidad», instancia encargada de tomar el lugar de los responsables electos si estos muriesen en una confrontación nuclear. Emitimos entonces la hipótesis de que tras aquellos atentados se escondía un golpe de Estado, planificado según el método concebido por Edward Luttwak, consistente en mantener, en apariencia, el ejecutivo que ya estaba en el poder, pero obligándolo a aplicar una política diferente.
Inmediatamente después de los acontecimientos del 11 de Septiembre, la administración de Bush hijo adoptó, en cuestión de días, varias decisiones:
Creó el Departamento de Seguridad de la Patria (Homeland Security) e hizo votar en el Congreso un voluminoso código antiterrorista –redactado mucho antes de los atentados–, la llamada Ley o Acta Patriótica (USA Patriot Act).
El secretario de Defensa Donald Rumsfeld creó la «Oficina de Transformación de la Fuerza» (Office of Force Transformation), bajo la dirección del almirante Arthur Cebrowski, quien de inmediato presentó un plan –concebido desde mucho antes– para controlar el acceso a los recursos naturales de los países del sur. Ese plan exigía la destrucción de las estructuras mismas de los Estados y sociedades en los países de la mitad del mundo aún no globalizada.
Simultáneamente, el director de la CIA inició la «Matriz del Ataque Mundial», un conjunto de operaciones secretas en 85 países cuyos Estados y sociedades Rumsfeld y Cebrowski querían destruir.
Estimando que sólo se mantendrían estables los países cuyas economías estaban globalizadas, y que los otros serían destruidos, los verdaderos organizadores del 11 de Septiembre pusieron las fuerzas armadas de Estados Unidos al servicio de intereses financieros transnacionales. Traicionaron así a Estados Unidos y lo convirtieron en el brazo armados de los depredadores.”

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